Lo principal del amor no es el sentimiento, sino la voluntad y las obras; y exige esfuerzo, sacrificio y entrega.
El sentimiento y los estados de ánimo son mudables y sobre ellos no se puede construir algo tan fundamental como es la fidelidad.
Esta virtud adquiere su firmeza del amor, del amor verdadero.
Sin amor, pronto aparecen las grietas y las fisuras de todo compromiso.