
Hay que soportar el serEl de uno mismo, lleno de imperfecciones y mediocridades realizadas sin querer queriendoDolorosa realidad que se soporta por la esperanza que Dios promulga en cada respirar de nuestra existenciaY es que las perfecciones aunque reconocibles no son siempre alcanzables por la humanidad
Ah cómo creemos que somos, sin llegar nunca a mirar la perfección eterna en todo...